EL ADORNO EXTERIOR COMPRADO CON LA GRACIA INTERIOR
La teología del Nuevo Testamento, y especialmente el material paulino, acentúa el hecho obvio de que existe un hombre interior y uno exterior en todo ser humano. Estos dos están siempre en una guerra continúa. La carnalidad, o el artificio de orgullo del hombre exterior temporero arremete su aplastante golpe con una terrible fuerza. El hombre interior, el eterno, con igualdad de fuerza, arremete en contra para controlar las obras de su oponente. El que obtiene la victoria es el que finalmente gobierna al hombre eterno!
El hombre y su método de lucha:
1 Pedro 3:3 declara: “El adorno de las cualas no sea exterior con encrespamiento del cabello, y atavío de oro, ni compostura de ropas.” Es innegable que todo hombre posee una porción de orgullo. De hecho, un poco de orgullo personal con respeto a nuestra apariencia es una necesidad absoluta para triunfar en la vida. Dios no condena esta sana actitud, mientras la misma mantenga la proporción propia. El hombre exterior, sin embargo, no se satisface con la simple limpieza y nitidez, sino que lucha por sacar de las cosas fuera de proporción. En vez de vestidos simples, este debe de estar adornado con oro u otros metales preciosos. En vez de vestimentas de precios moderados, este debe practicar el ser “vitrina” y tener la mejor ropa. Aunque puede que algunos le llamen a esta distracción materia de gusto, en realidad es un artificio sutil del hombre exterior.
1Timoteo 2:9 dice que las mujeres deben de ataviarse, “no con cabellos encrespados, u oro, o perlas, o vestidos costoso.” El lector sincero de la Palabra de Dios aceptara el verdadero significado de esta referencia. El razonar otro significado que el literal, seria una tragedia para la persona cuya meta es la total obediencia a Dios. La mera referencia a estas llamativas formas de vestir debería indicarle al lector el peligro envuelto en su utilización. El ataviarse excesivamente con esta clase de
“costosos atavíos” es una clara indicación de quien a ganado la batalla.
El hombre interior y sus métodos de defensa:
1Pedro 3:4 declara la forma en que la que el hombre interior debe adornarse para conquistar el amenazante orgullo: “Sino el hombre del corazón que esta encubierto, en incorruptible ornato de espíritu agradable y pacifico, lo cual es de grande estima delante de Dios.” ¿Qué persona en alguna ocasión no ha adornado al hombre físico pródigamente? ¡Casi todo el mundo lo ha hecho! Sin embargo, algunas personas prefieren satisfacer el lujurioso apetito del hombre exterior. Lo que estas personas fallan en reconocer es que su inversión no paga ningún interés espiritual y que al fin y al cabo perecerá. Aquellos que están luchando por heredar la vida eterna deberán vestirse con las bellezas de la salvación. Tomando como ejemplo a Uno que no poseyó una casa, que no anhelo lujos externos y que no utilizo su intelecto para un progreso temprano. Cada individuo deberá decir por si mismo cual de sus dos personas es la victoria.
Unas de las enseñanzas prominentes de la iglesia de Dios es CONTRA EL USO DEL ORO COMO ORNAMENTO (adorno) o decoración, tales como anillos, sortijas, pulseras (brazaletes), artes (pantallas), medallones cadenas, etc.
Para mayor información de este tema, por favor, vea las siguientes escrituras: Isaías 52:2, 1 Pedro 3:3, 1 Juan 2:16.