PREOCUPADO POR LA DOCTRINA BÍBLICA
(Que Incluye Gobierno, Practica & Consejo)
Oscar Pimentel, Supervisor General de La Iglesia de Dios
No he podido alejarme de este pensamiento. Puede parecer extraño, a mí me parece, que tal tema deba ser el tema de un mensaje de ceremonia de graduación. A mi juicio, un tema o titulo diferente sería más apropiado, incluso conveniente. Pero estoy ante ustedes, Dios y Sus santos ángeles hoy con temor y temblor. Siento que sería un cobarde si no me rindiera a Dios y continuara con este mensaje. En tiempos como estos, debemos orar por valentía para hablar Su Palabra. Alguien ha dicho, “¡Se necesitará algo más que hablar para defender la doctrina bíblica, se necesitará agallas”
Con la Doctrina Bíblica en la mano, debemos tomar una posición valiente y marchar contra las corrientes pecaminosas, impías y oscuras que el dragón (el diablo) está echando de su boca en estos últimos días. Estas son aguas espirituales de ideología diabólica envueltas en mensajes de igualdad dirigida para presionar a los hombres para que no declaren la verdad de cosas básicas que constituyen la base de la sociedad, en las que los hombres no deben llamarse hombres y las mujeres no deben llamarse mujeres. ¿Quién pensó, quién imaginó, que estaríamos viviendo en una época así? Pero aquí estamos de todos modos. Enseñanzas que predican a un Jesús que solo llama a las personas a unirse a Él, pero nunca al arrepentimiento, para no turbar ni agitar la conciencia del hombre. Doctrinas de demonios envueltos en nuevas ropas ligeras. Enseñanzas abominables aprobadas por las llamadas “iglesias cristianas” en las que se declara que Jesucristo ha capacitado, contado fieles y puesto a los homosexuales, lesbianas y transexuales en Su ministerio. Yo digo: “¡Nunca!” ¡No el Cristo del Calvario!
Considérelo bien, aunque aparentemente está envuelto en el amor de Dios, así llamado; ¡es el mismo Satanás transformado en ángel de luz! (cf. 2 Corintios 11:14). Al diablo no le gustaría nada más que la hermosa Esposa de Cristo “sea arrastrada por el torrente” que está saliendo de su boca. Está enojado con esta hermosas Mujer. Está haciendo guerra contra el remanente que guarda los mandamientos de Dios y se aferra al testimonio de Jesucristo, y que se preocupa por la Doctrina Bíblica. Pero la promesa de Dios es segura “…porque vendrá el enemigo como río, mas el espíritu de Jehová levantará bandera contra él” (Is. 59:19). ¡Él levantará bandera!
Como adjetivo, preocupado significa: inquieto o ansioso. Como verbo, preocupado significa: considerarlo como importante. Esta segunda definición de preocupado es lo que quiero grabar en nuestras mentes hoy.
La Biblia dice, “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello; pues haciendo esto, á ti mismo salvarás y á los que te oyeren” (1 Ti. 4:16). Nuestra salvación y la salvación de aquellos a quienes ministramos, ¡depende de que prestemos atención a la Doctrina Bíblica y que CONTINUEMOS EN ELLA! Hagamos lo que hagamos, dondequiera que vayamos, quien esté cerca, donde sea que estemos, debemos prestar atención y considerar la Doctrina Bíblica como importante. La doctrina de Dios nunca debe ocupar un segundo lugar en La Iglesia de Dios, ni en la vida de ningún miembro de la Iglesia de Dios.
Jesús dijo, “Mi doctrina no es mía, sino de aquél que me envió” (Jn. 7:16). Cristo, al orar al Padre dijo, “Porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron…” (Jn. 17:8), y Jesús dijo, “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos” (Jn. 17:20). La Biblia dice que los que creyeron “perseveraban en la doctrina de los apóstoles” (Hch. 2:42). En 2 Timoteo 3:10 Pablo lo llamó “¡mi doctrina!” ¿Es la doctrina de usted? Pablo escribió a Timoteo, “Y lo que has oído de mí entre muchos testigos, esto encarga á los hombres fieles que serán idóneos para enseñar también á otros” (2 Ti. 2:2).
Habrá una cadena ininterrumpida de Doctrina Bíblica que se pasará de una generación a otra. La única forma en que esto puede suceder es si hoy prestamos atención a la Doctrina Bíblica y nos PREOCUPEMOS por ella. Si nosotros, la Iglesia, no la consideramos importante, ¿Quién lo hará? ¡Somos columna y apoyo de la VERDAD! Una ciudadela en este mundo, la última línea de defensa. Debemos considerarla tan importante que lucharemos fervientemente por la fe. Es un dicho fiel que, si no lo hacemos, nuestros hijos la ignorarán, sus hijos la declararán innecesaria y los hijos de sus hijos la negarán. Podemos referirnos a ella como el EVANGELIO, la PALABRA, la FE, nuestras ENSEÑANZAS, etc., pero todo es la Doctrina Bíblica. La Doctrina Bíblica incluye ¡GOBIERNO Y DISCIPLINA! Es tan importante para nosotros que, si lo dejamos ir y lo perdemos, habremos dejado y perdido todo lo bueno, lo noble, justo y santo. La importancia de la Doctrina Bíblica no puede ser relegada a la mera necesidad de memorizarla. Su importancia es tal que, a menos que permitimos que la Doctrina Bíblica entre en nuestros corazones y se establezca allí, nuestra generación nunca será santa, nuestra generación nunca será “…gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante…santa y sin mancha” (Ef. 5:27). Puedo parecer un poco ambiciosos; Puede que suene decidido, ¡pero no quiero dejárselo a otra generación! ¿Por qué deberíamos esperar a que llegue otra generación? ¿No hay una causa? ¿No lucharemos por nuestros hermanos? ¿No lucharemos por nuestros hijos? ¿No lucharemos por nuestras hijas? ¿No lucharemos por nuestras esposas? ¿No lucharemos por nuestros hogares?
“Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos” (Jer. 6:16). El error crucial del pueblo de Dios en tiempos pasados y a lo largo de los años ha sido no andar por las “sendas antiguas” y el “buen camino.” Pero hoy declaramos que, por la gracia de Dios, con la ayuda del Espíritu Santo, con una mente decidida y un corazón rendido a Cristo, ¡NOSOTROS caminaremos en ella!
Las “sendas antiguas” solamente pueden ser enseñadas por la “vieja escuela.” Algunos declararon que esta escuela estaba cerrada y muerta hace treinta años. Debe haber sido un caso de identidad equivocada. Si “la vieja escuela” está muerta, ¿qué es este “estruendo que irá por las copas de los morales” (2 S. 5:24) que escucho? Si “la vieja escuela” está muerta, ¿qué es este sonido del cielo como el viento recio que oigo? Si “la vieja escuela” está muerta, ¿qué es esta marcha de un ejército que escucho? Si “la vieja escuela” está muerta, ¿quién es ésta “que se muestra como el alba” (Cnt. 6:10)? Si “la vieja escuela” está muerta, ¿quién es ésta “hermosa como la luna” ? Si “la vieja escuela” está muerta, ¿quién es ésta “Esclarecida como el sol” ? Si “la vieja escuela” está muerta, ¿quién es ésta, “Imponente como ejércitos en orden” ? La muerte de “la vieja escuela” puede ser la esperanza visionaria de los enemigos de la Iglesia, pero hoy me gustaría informar que “la vieja escuela” no está cerrada y ¡ciertamente no está muerta! El Obispo R. O. Covey escribió una vez, “preferimos que nuestros ataúdes estén cerrados antes de que se declare cerrada la vieja escuela.” Ellos dijeron que “la vieja escuela” está muerta en referencia a las enseñanzas y prácticas de la Iglesia, pero lo que algunos no lograron entender es que las enseñanzas y prácticas de la Iglesia se basan en la eterna y Santa Palabra de Dios.
En la década de 1990, “la vieja escuela” (la Iglesia) declaró que estaba comprometida con la defensa y preservación de la Iglesia, y comprometida con preservar, aquellas enseñanzas bíblicas doctrinales que le fueron reveladas a A. J. Tomlinson y a la Iglesia, y que no había intención de cambiar la Doctrina, sino más bien de fortalecerla en la predicación y en la enseñanza. También declaró: NOS MANTENDREMOS FIRME CON TODO LO QUE ESTÁ DENTRO DE NOSOTROS POR LA GLORIOSA DOCTRINA DE LA IGLESIA DE DIOS DE LA BIBLIA. CONTINUAREMOS BUSCANDO A DIOS Y CUMPLIENDO SUS MANDAMIENTOS. SACRIFICAREMOS Y SUFRIREMOS SI ES NECESARIO PARA PRESERVAR LA IGLESIA POR LA QUE JESÚS MURIÓ. NO SEREMOS COMPRADOS, COMPROMETIDOS, DESVIADOS, RECHAZADOS, RETROCEDIDOS, ENGAÑADOS O RETRASADOS. NO VACILAREMOS ANTE EL SACRIFICIO, NI DUDAREMOS ANTE LA ADVERSIDAD, NI NEGOCIAREMOS EN LA MESA DEL ENEMIGO, NI MEDITAREMOS EN EL GRUPO DE LA POPLARIDAD. NUESTRO ROSTRO ESTÁ PUESTO. NUESTRO RITMO ES RÁPIDO. NUESTRO OBJETIVO ES EL CIELO. EL CAMINO PUEDE SER ESCABROSO Y NUESTROS COMPAÑEROS PUEDEN SER POCOS. SIN EMBARGO, NUESTRA GUÍA ES CONFIABLE Y NUESTRA MISIÓN ES CLARA. VAMOS A CONTINUAR EN LA DOCTRINA QUE UNA VEZ FUE ENTREGADA A LOS SANTOS.
El Obispo Covey también escribió, “Considere esto. Dentro de cuarenta, cincuenta o sesenta años… si el Señor se demora…otra generación puede estar etiquetando la década de 1990 como una ‘vieja escuela’ que operaba con artefactos.” Pero la Doctrina Bíblica no es obra del hombre, no es obra nuestra, no ha sido formada por nosotros. La doctrina bíblica no es un objeto de interés histórico, es la FE una vez entregada a los santos por la que debemos luchar. Es la VIDA, ¡EL ALIENTO DE DIOS EN LA IGLESIA! La Biblia es el libro de texto de Dios para Su “escuela.” Es eterna y, a diferencia de los dispositivos electrónicos de hoy que necesitan “actualizaciones” perpetua y frecuentemente, a diferencia de los sistemas educativos de educación superior de hoy en día cuyos libros de texto se revisan minuciosamente, este libro de texto está más preparado para satisfacer todas las necesidades de la humanidad que cualquier otro sistema.
¡Dios lo hizo bien la primera vez! ¡Su Palabra está establecida para siempre en el cielo (Sal. 119:89)! “Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruído para toda buena obra” (2 Ti. 3:16, 17). La verdad del asunto es que ningún hombre, diablo, tiene la autoridad para “cerrar” nada que Dios haya abierto. Dios dijo, “buscad las sendas antiguas” y Él tiene gente hoy que sabe un par de cosas sobre “las sendas antiguas.” A nosotros, que no somos ni mejores ni menos que la Iglesia primitiva, se nos ha dado esta gracias para sostener, difundir, predicar y enseñar entre la humanidad las inescrutables riquezas de Cristo. “Y de aclarar á todos cuál sea la dispensación del misterio escondido…Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora notificada por la iglesia á los principados y potestades en los cielos” (Ef. 3:9, 10).
La Palabra de Dios es atemporal y eterna, todo lo demás pasará. Jesús dijo, “El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán” (Mt. 24:35). Pedro escribió, “…los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas…los cielos siendo encendidos serán deshechos, y los elementos siendo abrasados, se fundirán” (2 P. 3:10, 12). 1 Juan 2:17, “Y el mundo se pasa, y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.”
Viendo cómo la Palabra de Dios es lo único que nunca pasará, que no puede ser destruida, que nunca será aniquilada, es razonable que sea el mejor terreno sobre el que podemos estar hoy. Dado que la Palabra de Dios es el canal que Él ha elegido para comunicarse con la humanidad (para que podamos conocer Su voluntad), ¿no es razonable que la tengamos cerca, la amemos y la guardemos en nuestros corazones? Jesús dijo, “Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles…Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…” (Mt. 28:19, 20). ¿Cómo podemos hacer esto si no nos preocupamos por la Doctrina Bíblica? Su mandato de “enseñar” no ha cambiado ni el mensaje, todavía es, “todas las cosas que os he mandado.” No hemos recibido notificación de un cambio de planes para este mandamiento.
Nuestra necesidad de permanecer Preocupados por la Doctrina Bíblica no puede ser exagerada. El GOBIERNO de la Iglesia y la DOCTRINA DE LA BIBLIA son nuestra protección y estancia en estos TIEMPOS PELIGROSOS.
(Que Incluye Gobierno, Practica & Consejo)
Oscar Pimentel, Supervisor General de La Iglesia de Dios
No he podido alejarme de este pensamiento. Puede parecer extraño, a mí me parece, que tal tema deba ser el tema de un mensaje de ceremonia de graduación. A mi juicio, un tema o titulo diferente sería más apropiado, incluso conveniente. Pero estoy ante ustedes, Dios y Sus santos ángeles hoy con temor y temblor. Siento que sería un cobarde si no me rindiera a Dios y continuara con este mensaje. En tiempos como estos, debemos orar por valentía para hablar Su Palabra. Alguien ha dicho, “¡Se necesitará algo más que hablar para defender la doctrina bíblica, se necesitará agallas”
Con la Doctrina Bíblica en la mano, debemos tomar una posición valiente y marchar contra las corrientes pecaminosas, impías y oscuras que el dragón (el diablo) está echando de su boca en estos últimos días. Estas son aguas espirituales de ideología diabólica envueltas en mensajes de igualdad dirigida para presionar a los hombres para que no declaren la verdad de cosas básicas que constituyen la base de la sociedad, en las que los hombres no deben llamarse hombres y las mujeres no deben llamarse mujeres. ¿Quién pensó, quién imaginó, que estaríamos viviendo en una época así? Pero aquí estamos de todos modos. Enseñanzas que predican a un Jesús que solo llama a las personas a unirse a Él, pero nunca al arrepentimiento, para no turbar ni agitar la conciencia del hombre. Doctrinas de demonios envueltos en nuevas ropas ligeras. Enseñanzas abominables aprobadas por las llamadas “iglesias cristianas” en las que se declara que Jesucristo ha capacitado, contado fieles y puesto a los homosexuales, lesbianas y transexuales en Su ministerio. Yo digo: “¡Nunca!” ¡No el Cristo del Calvario!
Considérelo bien, aunque aparentemente está envuelto en el amor de Dios, así llamado; ¡es el mismo Satanás transformado en ángel de luz! (cf. 2 Corintios 11:14). Al diablo no le gustaría nada más que la hermosa Esposa de Cristo “sea arrastrada por el torrente” que está saliendo de su boca. Está enojado con esta hermosas Mujer. Está haciendo guerra contra el remanente que guarda los mandamientos de Dios y se aferra al testimonio de Jesucristo, y que se preocupa por la Doctrina Bíblica. Pero la promesa de Dios es segura “…porque vendrá el enemigo como río, mas el espíritu de Jehová levantará bandera contra él” (Is. 59:19). ¡Él levantará bandera!
Como adjetivo, preocupado significa: inquieto o ansioso. Como verbo, preocupado significa: considerarlo como importante. Esta segunda definición de preocupado es lo que quiero grabar en nuestras mentes hoy.
La Biblia dice, “Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello; pues haciendo esto, á ti mismo salvarás y á los que te oyeren” (1 Ti. 4:16). Nuestra salvación y la salvación de aquellos a quienes ministramos, ¡depende de que prestemos atención a la Doctrina Bíblica y que CONTINUEMOS EN ELLA! Hagamos lo que hagamos, dondequiera que vayamos, quien esté cerca, donde sea que estemos, debemos prestar atención y considerar la Doctrina Bíblica como importante. La doctrina de Dios nunca debe ocupar un segundo lugar en La Iglesia de Dios, ni en la vida de ningún miembro de la Iglesia de Dios.
Jesús dijo, “Mi doctrina no es mía, sino de aquél que me envió” (Jn. 7:16). Cristo, al orar al Padre dijo, “Porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron…” (Jn. 17:8), y Jesús dijo, “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos” (Jn. 17:20). La Biblia dice que los que creyeron “perseveraban en la doctrina de los apóstoles” (Hch. 2:42). En 2 Timoteo 3:10 Pablo lo llamó “¡mi doctrina!” ¿Es la doctrina de usted? Pablo escribió a Timoteo, “Y lo que has oído de mí entre muchos testigos, esto encarga á los hombres fieles que serán idóneos para enseñar también á otros” (2 Ti. 2:2).
Habrá una cadena ininterrumpida de Doctrina Bíblica que se pasará de una generación a otra. La única forma en que esto puede suceder es si hoy prestamos atención a la Doctrina Bíblica y nos PREOCUPEMOS por ella. Si nosotros, la Iglesia, no la consideramos importante, ¿Quién lo hará? ¡Somos columna y apoyo de la VERDAD! Una ciudadela en este mundo, la última línea de defensa. Debemos considerarla tan importante que lucharemos fervientemente por la fe. Es un dicho fiel que, si no lo hacemos, nuestros hijos la ignorarán, sus hijos la declararán innecesaria y los hijos de sus hijos la negarán. Podemos referirnos a ella como el EVANGELIO, la PALABRA, la FE, nuestras ENSEÑANZAS, etc., pero todo es la Doctrina Bíblica. La Doctrina Bíblica incluye ¡GOBIERNO Y DISCIPLINA! Es tan importante para nosotros que, si lo dejamos ir y lo perdemos, habremos dejado y perdido todo lo bueno, lo noble, justo y santo. La importancia de la Doctrina Bíblica no puede ser relegada a la mera necesidad de memorizarla. Su importancia es tal que, a menos que permitimos que la Doctrina Bíblica entre en nuestros corazones y se establezca allí, nuestra generación nunca será santa, nuestra generación nunca será “…gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante…santa y sin mancha” (Ef. 5:27). Puedo parecer un poco ambiciosos; Puede que suene decidido, ¡pero no quiero dejárselo a otra generación! ¿Por qué deberíamos esperar a que llegue otra generación? ¿No hay una causa? ¿No lucharemos por nuestros hermanos? ¿No lucharemos por nuestros hijos? ¿No lucharemos por nuestras hijas? ¿No lucharemos por nuestras esposas? ¿No lucharemos por nuestros hogares?
“Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos” (Jer. 6:16). El error crucial del pueblo de Dios en tiempos pasados y a lo largo de los años ha sido no andar por las “sendas antiguas” y el “buen camino.” Pero hoy declaramos que, por la gracia de Dios, con la ayuda del Espíritu Santo, con una mente decidida y un corazón rendido a Cristo, ¡NOSOTROS caminaremos en ella!
Las “sendas antiguas” solamente pueden ser enseñadas por la “vieja escuela.” Algunos declararon que esta escuela estaba cerrada y muerta hace treinta años. Debe haber sido un caso de identidad equivocada. Si “la vieja escuela” está muerta, ¿qué es este “estruendo que irá por las copas de los morales” (2 S. 5:24) que escucho? Si “la vieja escuela” está muerta, ¿qué es este sonido del cielo como el viento recio que oigo? Si “la vieja escuela” está muerta, ¿qué es esta marcha de un ejército que escucho? Si “la vieja escuela” está muerta, ¿quién es ésta “que se muestra como el alba” (Cnt. 6:10)? Si “la vieja escuela” está muerta, ¿quién es ésta “hermosa como la luna” ? Si “la vieja escuela” está muerta, ¿quién es ésta “Esclarecida como el sol” ? Si “la vieja escuela” está muerta, ¿quién es ésta, “Imponente como ejércitos en orden” ? La muerte de “la vieja escuela” puede ser la esperanza visionaria de los enemigos de la Iglesia, pero hoy me gustaría informar que “la vieja escuela” no está cerrada y ¡ciertamente no está muerta! El Obispo R. O. Covey escribió una vez, “preferimos que nuestros ataúdes estén cerrados antes de que se declare cerrada la vieja escuela.” Ellos dijeron que “la vieja escuela” está muerta en referencia a las enseñanzas y prácticas de la Iglesia, pero lo que algunos no lograron entender es que las enseñanzas y prácticas de la Iglesia se basan en la eterna y Santa Palabra de Dios.
En la década de 1990, “la vieja escuela” (la Iglesia) declaró que estaba comprometida con la defensa y preservación de la Iglesia, y comprometida con preservar, aquellas enseñanzas bíblicas doctrinales que le fueron reveladas a A. J. Tomlinson y a la Iglesia, y que no había intención de cambiar la Doctrina, sino más bien de fortalecerla en la predicación y en la enseñanza. También declaró: NOS MANTENDREMOS FIRME CON TODO LO QUE ESTÁ DENTRO DE NOSOTROS POR LA GLORIOSA DOCTRINA DE LA IGLESIA DE DIOS DE LA BIBLIA. CONTINUAREMOS BUSCANDO A DIOS Y CUMPLIENDO SUS MANDAMIENTOS. SACRIFICAREMOS Y SUFRIREMOS SI ES NECESARIO PARA PRESERVAR LA IGLESIA POR LA QUE JESÚS MURIÓ. NO SEREMOS COMPRADOS, COMPROMETIDOS, DESVIADOS, RECHAZADOS, RETROCEDIDOS, ENGAÑADOS O RETRASADOS. NO VACILAREMOS ANTE EL SACRIFICIO, NI DUDAREMOS ANTE LA ADVERSIDAD, NI NEGOCIAREMOS EN LA MESA DEL ENEMIGO, NI MEDITAREMOS EN EL GRUPO DE LA POPLARIDAD. NUESTRO ROSTRO ESTÁ PUESTO. NUESTRO RITMO ES RÁPIDO. NUESTRO OBJETIVO ES EL CIELO. EL CAMINO PUEDE SER ESCABROSO Y NUESTROS COMPAÑEROS PUEDEN SER POCOS. SIN EMBARGO, NUESTRA GUÍA ES CONFIABLE Y NUESTRA MISIÓN ES CLARA. VAMOS A CONTINUAR EN LA DOCTRINA QUE UNA VEZ FUE ENTREGADA A LOS SANTOS.
El Obispo Covey también escribió, “Considere esto. Dentro de cuarenta, cincuenta o sesenta años… si el Señor se demora…otra generación puede estar etiquetando la década de 1990 como una ‘vieja escuela’ que operaba con artefactos.” Pero la Doctrina Bíblica no es obra del hombre, no es obra nuestra, no ha sido formada por nosotros. La doctrina bíblica no es un objeto de interés histórico, es la FE una vez entregada a los santos por la que debemos luchar. Es la VIDA, ¡EL ALIENTO DE DIOS EN LA IGLESIA! La Biblia es el libro de texto de Dios para Su “escuela.” Es eterna y, a diferencia de los dispositivos electrónicos de hoy que necesitan “actualizaciones” perpetua y frecuentemente, a diferencia de los sistemas educativos de educación superior de hoy en día cuyos libros de texto se revisan minuciosamente, este libro de texto está más preparado para satisfacer todas las necesidades de la humanidad que cualquier otro sistema.
¡Dios lo hizo bien la primera vez! ¡Su Palabra está establecida para siempre en el cielo (Sal. 119:89)! “Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruído para toda buena obra” (2 Ti. 3:16, 17). La verdad del asunto es que ningún hombre, diablo, tiene la autoridad para “cerrar” nada que Dios haya abierto. Dios dijo, “buscad las sendas antiguas” y Él tiene gente hoy que sabe un par de cosas sobre “las sendas antiguas.” A nosotros, que no somos ni mejores ni menos que la Iglesia primitiva, se nos ha dado esta gracias para sostener, difundir, predicar y enseñar entre la humanidad las inescrutables riquezas de Cristo. “Y de aclarar á todos cuál sea la dispensación del misterio escondido…Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora notificada por la iglesia á los principados y potestades en los cielos” (Ef. 3:9, 10).
La Palabra de Dios es atemporal y eterna, todo lo demás pasará. Jesús dijo, “El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán” (Mt. 24:35). Pedro escribió, “…los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella están serán quemadas…los cielos siendo encendidos serán deshechos, y los elementos siendo abrasados, se fundirán” (2 P. 3:10, 12). 1 Juan 2:17, “Y el mundo se pasa, y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre.”
Viendo cómo la Palabra de Dios es lo único que nunca pasará, que no puede ser destruida, que nunca será aniquilada, es razonable que sea el mejor terreno sobre el que podemos estar hoy. Dado que la Palabra de Dios es el canal que Él ha elegido para comunicarse con la humanidad (para que podamos conocer Su voluntad), ¿no es razonable que la tengamos cerca, la amemos y la guardemos en nuestros corazones? Jesús dijo, “Por tanto, id, y doctrinad á todos los Gentiles…Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado…” (Mt. 28:19, 20). ¿Cómo podemos hacer esto si no nos preocupamos por la Doctrina Bíblica? Su mandato de “enseñar” no ha cambiado ni el mensaje, todavía es, “todas las cosas que os he mandado.” No hemos recibido notificación de un cambio de planes para este mandamiento.
Nuestra necesidad de permanecer Preocupados por la Doctrina Bíblica no puede ser exagerada. El GOBIERNO de la Iglesia y la DOCTRINA DE LA BIBLIA son nuestra protección y estancia en estos TIEMPOS PELIGROSOS.