OTROS SERMONES

Sermones de La Iglesia de Dios

Por, Casey Raby. Athens, TN

“Y el Dios de paz os santifique en todo; para que vuestro espíritu y alma y cuerpo sea guardado entero sin reprensión para la venida de nuestro Señor Jesucristo” (1 Ts. 5:23).

“Estando confiado de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil. 1:6).

“Por tanto, dejando la palabra del comienzo en la doctrina de Cristo, vamos adelante á la perfección…” (He. 6:1).

La palabra griega para irreprensible es amemptos, que significa: “intachable, íntegro, irreprochable. Pero ¿qué significa realmente ser intachable? El diccionario Merriam-Webster define intachable como: “sin falta; IRREPROCHABLE. Otra palabra para intachable es “perfecto”, que se alinea con el mandamiento de Cristo para todos los que le sirven: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (Mt. 5:48).

La palabra perfecto, en griego, es teleios, que significa “completo (en varias aplicaciones de trabajo, crecimiento, carácter metal y moral, etc.); “íntegro; mayor de edad; perfecto”. Esto se alinea con lo que Pablo dijo en 1 Co. 13:11, “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño, mas cuando ya fuí hombre hecho, dejé lo que era de niño.” Pablo escribe algo interesante en esta escritura. Escribe las palabras: “Cuando yo ERA,” y “cuando ya FUÍ”. Ambas denotan formas de habla en tiempo pasado, pero ambas muestran un progreso hacia adelante en la vida espiritual del apóstol. Él confirma que en un tiempo era un niño. Su forma de hablar, su comprensión, sus pensamientos y acciones eran como un niño; PERO cuando se convirtió en un hombre, dejó su inmadurez y siguió adelante en un caminar más cercano con el Señor, hasta que pudo decir: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe” (2 Ti. 4:7). Las pruebas de Pablo habían terminado. Estaba perfecto y listo para encontrarse con el Salvador. ¡Había cumplido su propósito para el Señor en su totalidad y ahora estaba listo!

El mundo quiere remover la doctrina de la perfección espiritual. El mundo religioso también lo hace. Se niegan a creer que uno puede vivir sin pecado y ser llevado a la perfección espiritual. Ellos omiten estos hombres santos en los tiempos del Antiguo Testimonio. La Biblia dice que Job era un “hombre perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal” (Job 1:1). La Biblia también declara en Génesis 6:9 que: “Noé, varón justo, perfecto fué en sus generaciones; con Dios caminó Noé.” Y ¿qué hay del bisabuelo de Noe? De quien dice la Biblia: “Caminó, pues, Henoch con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios” (Gn. 5:24). De este mismo hombre, el escritor de Hebreos escribió: “Por la fe Enoc fué traspuesto para no ver muerte, y no fué hallado, porque lo traspuso Dios. Y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado á Dios” (He. 11:5).

¡La Biblia claramente los llama lo que eran en Dios! El mundo religioso se conmociona cuando usted les menciona la perfección espiritual. ¡Esto es como sacudir una colmena! Cuando estas abejas se sienten cómodas en su propio hábitat, y alguien llega y las sacude, ya no se sienten cómodas, ¡e inmediatamente están listas para atacar a quien sea que haya molestado su colmena!

La verdad de la perfección espiritual ya no puede, ni debe, estar escondida en las sombras de nuestro “pensamiento repugnante”, ¡ya no podemos colocarla ante nosotros como una tarea imposible! ¡La Iglesia de Dios será perfecta! ¡Y ella se dirige a ese destino mientras estamos hablamos!

“Maridos, amad á vuestras mujeres, así como Cristo amó á la iglesia, y se entregó á sí mismo por ella, para santificarla limpiándola en el lavacro del agua por la palabra, para presentársela gloriosa para sí, una iglesia que no tuviese mancha ni arruga, ni cosa semejante; sino que fuese santa y sin mancha” (Ef. 5:25-27).

Yo pienso en los pequeños bebés; que les dan ropa que les queda un poco grande, pero los padres dicen: “Esta bien. Ellos crecerán.” Iglesia, la vestimenta de la perfección ya ha sido dada y ¡debemos crecer en ella! “Despierta, despierta, vístete tu fortaleza, oh Sión; vístete tu ropa de hermosura, oh Jerusalem, ciudad santa: porque nunca más acontecerá que venga á ti incircunciso ni inmundo.” (Is. 52:1).

“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las bodas del Cordero, y su esposa se ha aparejado. Y le fué dado que se vista de lino fino, limpio y brillante: porque el lino fino son las justificaciones de los santos” (Ap. 19:7, 8).

¿Dónde está su mente hoy? ¿Está en la perfección o en la falta de ella? Dios nos ayude a tener y mantener la perfección en mente y, como Pablo, nosotros también debemos: “Prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos: y si otra cosa sentís, esto también os revelará Dios. Empero en aquello á que hemos llegado, vamos por la misma regla, sintamos una misma cosa” (Fil. 3:14-16).

¡Un Dios! ¡Una fe! ¡Una Mente! ¡Una Iglesia para TODOS! ¡Amén!

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