(Extractos del Mensaje Anual de A. J. Tomlinson a la 34ta Asamblea en 1939).
La Bandera de la Iglesia
Recientemente he descubierto nuevas bellezas y poderes adicionales conferidos a la Bandera. Ha servido de muchas maneras para mejorar el trabajo de la Iglesia desde su descubrimiento y adopción como la insignia de la Biblia el 16 de septiembre de 1933, cuando se ondeó por primera vez en la brisa de ese día memorable. Emocionados por los muchos y tal vez cientos que se han precipitado a través de los cuerpos de miles de santos leales en ocasiones especiales cuando ésta fue levantada en muchos estados de este país y también en países extranjeros. El rojo, el blanco, el azul y el morado tiene una historia que contar. El cetro, la estrella y la corona están tan desbordados de significado que uno se siente movido a exclamar con la Reina de Seba “que ni aun la mitad fue lo que se me dijo”, y en lugar de que no quede más espíritu en el predicador como fue el caso de ella, esto se vuelve más como un millón de ángeles reunidos para llevarlo a los cielos…
La poderosa bandera cumple su poderoso propósito de inspirar, animar y activar al poderoso ejército lleno del Espíritu Santo a medida que avanza con paso poderoso para plantarlo en las colinas de todos los países del mundo… la bandera se izó el mismo día y hora en que fue forzado por Aquel que nunca permite que falle una sola profecía. A su debido tiempo llegó. La carne a su debido tiempo chispeando en la sartén no podía llegar tarde. La bandera tenía que llegar a su debido tiempo, al igual que Jesús, nuestro Señor se verá constreñido a saltar sobre las almenas del cielo con aclamación y la voz del arcángel a su debido tiempo, y descendiendo en el aire hasta el lugar designado donde los santos subirán a encontrarse con Él. Estas cosas están destinadas a ser y ningún poder puede impedir el cumplimiento de estas poderosas profecías.
Aún se revelará en la bandera mucho más de lo que ahora se sabe. No es el momento de su manifestación cuando se darán a conocer las cosas poderosas en conexión con ella, pero tenemos la promesa de cada cumplimiento en su tiempo. Recomiendo que se le dé suficiente atención a su uso y exhibición para mantenerla en primer plano debido a lo que representa, y para dar la oportunidad de dar a conocer revelaciones aún más profundas y poderosas sobre las Escrituras.
(El hermano Tomlinson pidió a la congregación que repitiera la promesa a la bandera después de él: “YO PROMETO MI LEALTAD A LA BANDERA DE NUESTRA IGLESIA Y A LA DOCTRINA QUE SOSTIENE–UN DIOS, UNA FE, UNA MENTE Y UNA IGLESIA PARA TODOS. ¡AMÉN!
…Recomendamos que el día de la bandera de la Iglesia de Dios se cambie del 16 de septiembre al 13 de junio. Esta fecha no estaría en conflicto con otras actividades de la Iglesia, y sería apropiado honrar el Levántate y Resplandece de la Iglesia y prestar especial atención a la bandera en esta misma fecha (59na MA de 1964, pág. 130, CAP). –Guía de Negocios de la Iglesia, 2020; #489. Día de la Bandera de La Iglesia de Dios.