MARCAS DE LA IGLESIA

Estudios de La Iglesia de Dios

Oscar Pimentel, Supervisor General

La Iglesia de Dios

“Por un pequeño momento te dejé; mas te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; mas con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo tu Redentor Jehová” Isaías 54:7, 8 Ese “pequeño momento” fue 1,578 años desde que la Iglesia, la cual Jesucristo organizó, cayó en apostasía hasta su resurgimiento o surgimiento de la oscuridad el 13 de junio de 1903, en el Condado de Cherokee, Carolina del Norte, Estados Unidos de América.

Dios, “en diversas ocasiones y de diversas maneras,” ha hablado a los padres en tiempos pasados por los profetas del Antiguo Testamento, diciendo que Cristo vendría a organizar y edificar Su Iglesia. “Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová por cabeza de los montes, y será ensalzado sobre los collados, y correrán a él todas las gentes” (Is. 2:2).

“Y acontecerá en los postreros tiempos, que el monte de la casa de Jehová será constituído por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él pueblos” (Mi. 4:1).

“Será echado un puño de grano en tierra, en las cumbres de los montes; Su fruto hará ruido como el Líbano, y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra” (Sal. 72:16).

Todas las profecías antes mencionadas se cumplirían después de que Cristo llegara al mundo, pero antes de que regresara al Padre en el cielo. La Escritura nos habla del momento en que Él organizó la Iglesia en el monte (conocido hoy como el Cuerno de Hattin cerca del Mar de Galilea) durante Su ministerio terrenal. El historiador de la Iglesia, Lucas, escribió en el evangelio que lleva su nombre, “Y aconteció en aquellos días, que [Jesucristo] fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y como fué de día, llamó a sus discípulos, y escogió doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles” (Lucas 6:12, 13). En el evangelio de Marcos se encuentra un relato similar que dice, “Y [Jesús]subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar. Y que tuviesen potestad de sanar enfermedades, y de echar fuera demonios” (Mr. 3:13-15).

Fue con este “puñado de grano” (los doce discípulos) que Jesucristo organizó Su Iglesia en el año 28 d. C. en la cima del Monte Hattin. Este Cuerpo sacudió al mundo entonces conocido con un sonido como el de los poderosos cedros del Líbano cuando el viento sopla sobre las ramas para golpear a una contra otra y emitir un estruendoso eco, y la Iglesia de Dios floreció “como la hierba de la tierra” hasta el año 325 d. C. en la aceptación del Credo Niceno.

La Iglesia que fue organizada por Cristo y comprada con Su preciosa sangre en el Calvario fue una profecía escrita que se cumplió sobre ello, y no solo incluía a los buenos y gloriosos sino también aquellos que podríamos considerar oscuros y sombríos. Pablo escribió a los hermanos tesalonicenses que esperaban la venida del Señor Jesucristo y el recogimiento de todos los hijos de Dios, que no “mováis fácilmente de vuestro sentimiento, ni os conturbéis ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el día del Señor esté cerca. No os engañe nadie en ninguna manera; porque no vendrá sin que venga antes la apostasía…” (2 Ts. 2:2, 3). Las declaraciones de las voces proféticas ya habían predicho de la apostasia de la gran Iglesia de Dios donde la oscuridad espiritual y el letargo cubrirían la tierra y las densas tinieblas a la gente.

Sin embargo, los profetas del Antiguo Testamento inspirados por el Espíritu Santo declararon que la institución divina de Dios, La Iglesia de Dios, surgiría de las tinieblas espirituales, de la apostasía y de su estado inactivo en estos últimos días.

Isaías 49:13-19 dice, “Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes: porque Jehová ha consolado su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia. Mas Sión dijo: Dejóme Jehová, y el Señor se olvidó de mí. ¿Olvidaráse la mujer de lo que parió, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas te tengo esculpida: delante de mí están siempre tus muros. Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores saldrán de ti. Alza tus ojos alrededor, y mira: todos estos se han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia. Porque tus asolamientos, y tus ruinas, y tu tierra desierta, ahora será angosta por la multitud de los moradores; y tus destruidores serán apartados lejos.”

Aunque estuvo cubierta durante 1,578 años, el Señor no había abandonado a Su Iglesia. No había sido completamente aniquilada, sino que solo se sentó en debilidad espiritual y estupor durante ese tiempo. ¡El consuelo para Su pueblo estaba en camino! Por boca de los profetas, su reaparición sería un espectáculo digno de contemplar, y el lugar de su surgimiento de la Edad Oscura sería en una tierra lejos de donde Jesucristo la había organizado en el Monte Hattin en Israel.

Dios, hablando por medio del profeta Ezequiel, dio una parábola a la casa de Israel: “Y dirás: Así ha dicho el Señor Jehová: Una grande águila, de grandes alas y de largos miembros, llena de plumas de diversos colores, vino al Líbano, y tomó el cogollo del cedro: Arrancó el principal de sus renuevos, y llevólo á la tierra de mercaderes, y púsolo en la ciudad de los negociantes. Tomó también de la simiente de la tierra, y púsola en un campo bueno para sembrar, plantóla junto a grandes aguas, púsola como un sauce. Y brotó, é hízose una vid de mucha rama, baja de estatura, que sus ramas la miraban, y sus raíces estaban debajo de ella: así que se hizo una vid, y arrojó sarmientos, y echó mugrones” (Ez. 17: 3-6).

A través de un lente profético, Ezequiel pudo ver un águila que debía tomar un cogollo del cedro y transportarlo a un humilde lugar de comerciantes. Esa águila es representativa de la águila calva, que es el símbolo nacional y una parte integral de la identidad y el orgullo de los Estados Unidos de América.

Mirando hacia atrás a la profecía de Isaías con respecto a aquellos destructores que estaban “lejos” en el momento del resurgimiento de la Iglesia, es significativo y dingo de notar que la distancia entre Israel y los Estados Unidos es de aproximadamente 6,762 millas. Dios había predestinado que Su Iglesia sería trasplantada a una nación que aún no existía, representada por un águila, que Él Mismo levantaría para que Su plan eterno se hiciera realidad. Esa nación profetizada eventualmente llegaría a ser reconocida como el poder militar más poderoso y la nación económicamente influyente en la historia mundial. Una de sus ciudades, una ciudad de comerciantes (Nueva York), albergaría el complejo del Centro Mundial de Comercio, donde tiene lugar gran parte del comercio internacional entre las naciones; dos de sus edificios más conocidos, que en un momento formaron el complejo, fueron llamadas las Torres Gemelas.

Para ayudarnos a distinguir Su Iglesias de todas las iglesias hechas por el hombre, Dios continuó hablando a través de Su profeta y dijo, “Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y vente. Porque he aquí ha pasado el invierno, hase mudado, la lluvia se fué; hanse mostrado las flores en la tierra, el tiempo de la canción es venido, Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola; La higuera ha echado sus higos, y las vides en cierne dieron olor: Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y vente” (Cantares 2:10-13). Recuerdo los escritos del apóstol Pablo cuando escribió, “Este misterio grande es: mas yo digo esto con respecto a Cristo y a la iglesia” (Ef. 5:32).

Lo que encontramos en los Cantares de Salomón a menudo es descrito como un dialogo entre Cristo y Su novia, la Iglesia. Lo que se encuentra en el cántico de Salomón a menudo se ha descrito como el diálogo continuo entre Cristo y Su Novia, la Iglesia. Aquí encontramos a la Novia de Cristo mencionando que su amado Jesucristo la está llamando a “levantarse” y seguirlo. ¿De dónde debe levantarse? Ella debe levantarse de su estado adormecido. Ella debe levantarse de su letargo espiritual. Ella debe levantarse de la oscuridad. ¡Ella debe salir de las tinieblas!

Su amado, Cristo, declara que los meses de invierno ya han pasado, la temporada de lluvia ha terminado, aparecieron en la tierra las hermosas flores de primavera y verano y se escucha la voz de la tórtola. Según las profecías, el surgimiento de la Iglesia de Dios de las tinieblas no sucedería en el invierno, no sería durante la temporada de lluvia de la nación en la que estaba programada para resurgir, sino en un tiempo en que se podía escuchar el canto de las tórtolas. ¡Cuán maravilloso es verla en las Escrituras y por revelación divina cuando vemos que Dios nos lo reduce por las palabras de los profetas! ¡Podemos identificarla en el mundo de hoy mientras opera y funciona en la gloria y poder de Dios! El Señor le habló “LEVÁNTATE, RESPLANDECE” y dijo que no estaría en Israel, sino muy lejos. Dijo que sería en una nación humilde, pero llena de comerciantes, representada por una gran águila. Dijo que sería después del invierno y la lluvia, pero a la hora de la voz de la tórtola, esto es en una época muy específica del año de esa nación. El mes de junio se identifica fácilmente como el que cumple con todos los criterios para el tiempo especificado.

Las tórtolas han aparecido en el arte y la cultura durante miles de años. Ellas visitan Inglaterra para la temporada de reproducción, llegan a finales de abril y mayo y se van de nuevo entre julio y septiembre. Aparecen en Judea a principios de la primavera, cuando salen las hojas, las flores se abren y todo se ve precioso y hermoso, y permanecen hasta que se acaba el verano. Luego vuelan a un clima más cálido para pasar el invierno. Estas palomas se encuentran comúnmente en el sur de Canadá, los estado contiguos de los Estados Unidos y el norte de México. Hoy, la tórtola tiene la distinción de ser el único ave nativa de Estados Unidos que se reproduce en todos los estados, incluido Hawái.

Nahum habló del “Dia de su preparación” y dijo de “carros…como fuego de hachas” que se precipitarán a las plazas y discurrirán por las calles, él dijo que “su aspecto como de hachas encendidas, correrán como relámpago” (Nah. 2:3, 4). Lo que vio Nahum, lo describió con referencias comunes y elementos familiares de su época, pero hemos llegado a este lado de sus profecías. Podemos reconocer estos carros con antorchas encendidas que funcionan con la velocidad de la luz como el automóvil, producido por primera vez por la compaña de motores Ford en 1903.

El llamado a la Iglesia de Cristo (organizada por primera vez en el año 28 d. C. que dejó de funcionar en el año 325 d. C.) para que saliera de la oscuridad y las tinieblas, llegó resonando el 13 de junio de 1903, en cumplimiento de Isaías 60:1-3 que dice, “Levántate, resplandece; que ha venido tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad los pueblos: mas sobre ti nacerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las gentes a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento”

Poco después de esta declaración del profeta, hace una observación interesante y presenta una pregunta, en el versículo ocho de este mismo capítulo, que a menudo los eruditos y teólogos de la Biblia pasan por alto. “¿Quién son estos que vuelan como nubes y como palomas a sus ventanas?” ¿Qué más, además de pájaros y nubes, posiblemente Isaías había visto ocupando los cielos en su tiempo? Sin embargo, no estaba mirando con ojos físicos cuando vio algo fuera de lo común, algo de otro mundo que volaba entre las nubes y las palomas en los cielos. Puede que no supiera qué era, y algunos eruditos y teólogos pueden tardar en dar una respuesta a lo que vio, pero seis meses después del LEVÁNTATE Y RESPLANDECE de la Iglesia, el 17 de diciembre de 1903, los hermanos Wright hicieron su primer vuelo aéreo controlado con éxito en el “Wright Flyer” y nació la aviación moderna. Ezequiel vio la Iglesia llevada a la tierra de mercaderes. Los cantares de Salomón vieron su surgimiento en el mes de junio. Nahum indicó su aparición con la introducción del automóvil. E Isaías la vio resurgir en el momento de la invención del avión.

Escuche los que el salmista David habló en el espíritu de la profecía, “He aquí, en Ephrata oímos de ella: Hallamósla en los campos del bosque” (Sal. 132:6). Usted vera, este mensaje real y poderoso de Cristo y Su Iglesia exclusiva que fue primero anunciada y escuchada en Efrata (que es el nombre de Belén), pero se perdió y se descuidó hasta que fue descubierta nuevamente por un hombre guiado por Dios al lugar conocido como la Montaña Burger en el Condado de Cherokee, Murphy, Carolina del Norte, EE. UU. Fue allí, en una cordillera boscosa conocida como los Montes de Apalaches, en el este de Estados Unidos, que Ambrose Jessup Tomlinson descubrió, no fundó, no organizó, no estableció, sino descubrió La Gran Iglesia de Dios de los Últimos Días en el tiempo señalado por Dios según las profecías.

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