MENSAJES DEL SUPERVISOR GENERAL

Sermones de La Iglesia de Dios

MENSAJE ANUAL ANTE LA 88VA ASAMBLEA GENERAL, 1993 (Parte 2)

¿HACIA DONDE VAMOS DESDE AQUÍ?

La Iglesia primitiva comenzó con doce hombres escogidos de entre los discípulos que seguían al Señor. Ellos disfrutaron de la íntima confraternidad y comunión con el organizador y Cabeza de la Iglesia por aproximadamente tres años y medio. Ellos comenzaron sin bienes materiales—sin propiedades ni dinero. Su poder y éxito fue el resultado de su diario caminar con el Señor. Él les enseñó tanto por precepto como por ejemplo. Le escucharon predicar a las multitudes y obrar grandes milagros de sanidad y salvación. Ellos estaban allí cuando le crucificaron y cuando se levantó de los muertos. Poco después que el Espíritu Santo descendió sobre ellos el Día de Pentecostés, comenzaron a predicar el evangelio por toda Jerusalén. Después de su apelación inicial a los judíos, su atención y ministerio fue dirigido a los gentiles. A medida que la Iglesia fue teniendo cada vez más éxito y crecimiento en membresía a la vez que se extendían hacia nuevas áreas, también vino a ser cada vez más vulnerable ante los intentos de los que trataban de introducir las falsas doctrinas y suavizar el mensaje de la santidad y justicia de Dios; de esa manera engañaban a las almas inocentes y llevaban tras sí a los que de otra manera no calificarían para ser miembros de la Iglesia. Resumiendo, el ataque contra las normas espirituales elevadas de La Iglesia de Dios tuvo éxito al final, lo cual trajo el desagrado de Dios sobre ella hasta el extremo de hacer que tornara Sus espaldas de ella y dejar que cesaran sus operaciones. Eso sucedió unos trescientos años después de que Jesucristo la estableciera en el Monte Hatín.

Unos mil quinientos años más tarde, en el año 1903 D. c., Dios volvió a llamar la Iglesia a reanudar su curso y para aparejarse a sí misma para las bodas con su Novio. Dios colocó Su mana sobre un hombre llamado A. J. Tomlinson para guiar la Iglesia de regreso a la corriente principal de la voluntad y propósitos divinos de Dios. Ella se levantó en medio de un avivamiento del Espíritu Santo, prosperando bajo las poderosas manifestaciones del Espíritu y de la predicación y enseñanzas de la sana doctrina. Esto motivaba las almas a vivir en la comunión correcta con Dios en santidad y justicia.

El diablo no dejó de perseguir la Iglesia. No le tomó otros mil quinientos años más para realizar su obra diabólica contra el Cuerpo de Cristo. En sólo unos veinte (20) años organizó suficientes fuerzas para lanzar de nuevo la Iglesia de los últimos días en la apostasía del error y de la falsa doctrina. En el 1923, A. J. Tomlinson hizo una declaración de que no se sometería a las fuerzas del error para desviarse del propósito declarado de la Iglesia para ser fiel a Cristo su Cabeza en todas las cosas. Él no abandonó la Iglesia. Por el contrario, hizo la declaración de que permanecería firme sobre la revelación y visión que Dios le dio cuando la Iglesia se levantó del oscurantismo.

El también volvió a comenzar sin nada, excepto con una determinación inagotable para hacer la voluntad de Dios a pesar del precio que tuviera que pagar. Su apelación a la administración apóstata para que compartiera las propiedades y bienes, también fue negada. La restauración de la Iglesia verdadera fue rápida y poderosa. Dentro de unos veinte (20) años, la Iglesia experimentó un crecimiento fenomenal. Dios llamó a A. J. Tomlinson a mejor vida, y siguiendo el procedimiento teocrático, su hijo menor, Milton A. Tomlinson, fue escogido como el supervisor General y líder de la Iglesia de los últimos días. Durante los cuarenta y seis (46) años de su supervisión, la Iglesia experimentó el crecimiento más grande de todos en este lado de la Edad Oscura. Entre los años 1923 Y el 1990, la Iglesia había crecido de unos servicios al aire libre en la Avenida Central en Cleveland, Tenéis hasta llegar a ser una organización poderosa con facilidades modernas y una posición financiera solida, la cual la mantuvo moviéndose en una escala mundial.

Sin embargo, no todas las cosas marchaban bien. El diablo volvió a aprovecharse de la oportunidad, Cuando la salud del Supervisor General falló, Satanás saltó sobre la Iglesia y le asestó un tremendo y repentino golpe; él había estado maquinando su asalto con sutileza y apenas había sido notado por la Iglesia. Él atacó por una apertura en la teocracia, abriendo de esa manera las compuertas para una inundación de desviaciones y abandono del precioso gobierno y doctrina que tantas bendiciones habían traído de parte de Dios. Tal asalto fue rápido y efectivo. La gran Iglesia de Dios fue abandonada por aquellos que habían caído en el error y apostasía, quienes salieron en una persecución inflexible de una "nueva luz"; ésta quedó en manos de un pequeño grupo que rechazó aceptar las fuerzas del error. Decidimos no inclinarnos ante los poderes amenazadores y determinados a gobernar sin importar las consecuencias.

Por lo tanto, aquí nos encontramos. Hemos tomado la antorcha con la determinación de permanecer en la senda. Tenemos una misión de tipo mundial que concluir, y apenas disponemos de los recursos necesarios; sin embargo, tenemos a Dios. Nuestra posición no fue motivada por una promesa de seguridad material y bienestar económico, sino por una determinación de seguir a Dios a donde nos quiera dirigir.

Hemos comenzado con un balance de cero tanto en finanzas como en organización. Estamos buscando a Dios en ambas áreas para hallar Su perfecta voluntad. No queremos repetir los errores anteriores. Es vital que seamos buenos administradores de los recursos que Dios nos apareje. No queremos repetir los errores pasados en los que personas se hicieron ricas de las donaciones sacrificadas hechas por nuestros santos y que ganaron con arduo trabajo. Tampoco queremos acumular grandes sumas de dinero como reservas para emergencias que tal vez nunca sucedan. Queremos que cada centavo sea usado sabiamente en la obra inmediata y continua del Señor y Su Iglesia a través de todo el mundo. El tiempo es muy breve para pensar en otros términos. Es imperativo que descubramos y pongamos en práctica el sistema financiero bíblico que mejor sirva al plan y necesidades de la Iglesia en esta era. Estamos orando por nuestro Comité de Medios y Arbitrios para que Dios le guie y ayude en este esfuerzo tan meritorio y necesario.

El aspecto organizacional de la Iglesia también está en estado de evolución. Es necesario tener personas entrenadas y calificadas para que estén encargadas de las diversas áreas de las funciones de la Iglesia que son necesarias para el cumplimiento de la Gran Comisión que Cristo le dio a Su Iglesia. Quienes serán esas personas y las áreas de su responsabilidad son cosas que están en proceso de ser determinadas.

En los pasados años, Dios otorgó ayudas a la Iglesia para la realización del trabajo efectivamente. No creo que el Espíritu Santo estuviera equivocado al darnos esas ayudas que vinieron a ser conocidas como auxiliares. La operación de estas entidades dentro de la Iglesia ejecutó un ministerio vital y necesario. Cuando todos estos auxiliares operan como deben en cada respecto no sólo proveen un ministerio a un aspecto particular de la Iglesia, sino que todos juntos suplen también un canal a través del cual cada miembro, desde el más joven hasta el mayor puede suministrar un servicio tanto a Dios como a la humanidad a través de la Iglesia.

En los pasados últimos años en la Iglesia los auxiliares fueron objeto del desagrado para muchos y en algunos casos fueron ridiculizados. Esa actitud acerca de esas ayudas otorgadas por Dios me ofendió, pues observe tanto su validez práctica como espiritual. Cada uno de ellos es un ministerio definido, y hay suficientes escrituras para respaldarlos. Son ministerios espirituales, así también como agencias para levantar fondos a ser usados en la promoción del ministerio global de la Iglesia. Son de bendición espiritual tanto para los que están envueltos en su operación como para los que se benefician de ellos.

La Escuela Dominical es parte de la "antigua escuela", la cual jamás caducará ni será arcaica, ni podrá ser cerrada jamás hasta que ocurra el rapto. Es un ministerio imperativo para la Iglesia porque envuelve a todos, desde el menor hasta el mayor. Su potencial para la enseñanza es sin límites. Debe ser operada con creciente efectividad a fin de que ambos, nosotros y nuestros hijos, conozcamos y guardemos la "fe que ha sido una vez dada a los santos (Judas 3).

La Banda Misionera Femenil es un ministerio vital para los esfuerzos misioneros en los cuales las damas están en control, pero en los que cada persona puede envolverse. Es un ministerio espiritual y agencia para levantar fondos en pro de la proclamación del evangelio alrededor del mundo. Aunque puede que haya momentos en el que el café, té y las donas sean apropiados, la Banda Misionera Femenil es algo más que una sociedad de la Iglesia, es un ministerio muy importante de ella.

Nuestros jóvenes son indispensables para la Iglesia. Sus energías y espíritu juveniles son parte vital de su ministerio. Su trabajo es algo más que el ser un grupo orientado hacia las actividades, aunque hay un lugar para las clases de actividades correctas, apropiadas e incitadoras para los jóvenes. El adorar, buscar de más cerca y personalmente a Dios es imperativo para nuestra juventud, así también como el levantar fondos para la obra de las publicaciones de literatura como ayuda de expansión mundial de la Iglesia. Aunque los servicios de jóvenes son dirigidos por la juventud, todas las edades pueden concurrir. Estos pueden ser de gran bendición tanto para los jóvenes como para las personas adultas. Todos somos parte los unos de los otros y nuestra adoración deberá reflejar ese hecho. En esta materia, sería bueno oír lo que el Apóstol Pablo nos dice en Filipenses 2:4: "No mirando cada uno a lo suyo propio, sino cada cual también a lo de los otros". Su parte en esto, es también mi parte, y mi parte es también su parte. Trabajemos por el bien común y por la causa común. Todos estamos "combatiendo juntamente por la fe del evangelio" (Filipenses 1:27).

Uno de los ministerios personales e íntimos más importantes es el de las bandas de oración. Es vital que nos congreguemos en pequeños gropos de oración. El Movimiento de la Banda de la Asamblea sirve a una gran necesidad en la congregación local, la cual ningún otro auxiliar podría suplir tan efectivamente. El orar los unos por los otros, por las necesidades comunes y por las necesidades del mundo en general, no podría ser hecho con más eficiencia que a través de los pequeños grupos de oración. Este auxiliar ha sido diseñado para extenderse a cualquier anchura para servir a la congregación local. Todo lo que necesitamos es más líderes de bandas de oración. Estos realizan una labor indispensable en esta área. Estos vienen a ser aun de más importancia a medida que la maldad y la violencia continúan aumentando cada vez más en el mundo. Este auxiliar debe ser una ayuda especial para el pastor en la tarea de percibir las necesidades espirituales íntimas de cada miembro de la iglesia local.

El ultimo, pero no el de menos importancia entre los auxiliares, lo es el Instituto de Entrenamiento Bíblico. Este brazo vital de entrenamiento recibió un golpe fatal recientemente, pero el espíritu del mismo está lejos de la muerte. Este es un auxiliar muy importante, ya que únicamente la Iglesia puede enseñar la Iglesia. Sólo el Cuerpo de Cristo conoce la naturaleza y función de la herencia de Dios; por consiguiente, solamente él puede enseñar el Cuerpo de Cristo. Esto no representa la arrogancia y singularidad de mentes y corazones camales y sensuales. Esta es una verdad divina. La Iglesia es exclusiva porque fue hecha así por un decreto divino— ¡ella es una sola!

Ella no necesariamente escogió ser de esa manera; fue Dios quien la hizo así. Ella es la única de su especie; pues Dios la escogió para que fuera eso mismo, y no deberá excusarse por ser como es. Tampoco debe portarse demasiado altanera hasta el extremo de provocar enojo y animosidad en aquellas que no pueden ser como ella. La posición que debemos tomar es una que sostenga la verdad con firmeza, pero siempre con los brazos abiertos para todos los que deseen unirse a nosotros sobre esa plataforma. Somos La Iglesia de Dios, y todo lo que somos y lo que hagamos debe reflejar eso mismo al grado de elevación más alto.

Estamos haciendo todo lo posible por restaurar el departamento del IEB con sesiones de enseñanzas en la primavera de 1994. Eso quiere decir que pronto lo efectuaremos. No sabemos cómo lo vamos a hacer, pero si es la voluntad del Señor pronto tendrá noticias demuestra parte a través de sus supervisores y pastores, además por vía de La Luz Vespertina. La Iglesia tiene que mostrar "la casa a la casa", y nada ha podido hacer tal cosa con más éxito y eficiencia que el IEB. Por tanto, debemos buscar a Dios en oración al respecto.

Va a ser necesario operar el programa de auxiliares a los niveles de la iglesia local y de estado/nacional para el tiempo presente. Les estamos pidiendo a los pastores de las iglesias locales que nombren líderes y que procuren poner en operación a todos los auxiliares tan pronto como les sea posible. Estos ministerios no sólo agregaran calidad espiritual a las iglesias locales, sino que también las ayudarán a cumplir con el programa de expansión total de la Iglesia en general. Sería bueno que recordáramos el siguiente lema muy a menudo expresado por el pasado Supervisor General, A. J. Tomlinson: "Cada miembro es un obrero y hay un trabajo especial para cada uno". La participación en la obra de los auxiliares debe ser considerada como un trabajo que se hace para Dios, pues fue Él quien los escogió; Él fue quien los dio a la Iglesia como "ayudas" con el propósito de cumplir con la Gran Comisión que Cristo le dio antes de ascender al cielo. A medida que operamos estas "ayudas", ello deberá causar gran gozo y bendiciones en nuestras almas. Su utilidad será cumplida cuando hayamos concluido todo el trabajo.

Pasado Supervisor General Robert J. Pruitt

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